Mis Hermanas y Hermanos en Cristo:
Estamos en la temporada de Navidad; sin embargo, también comenzamos un nuevo año calendario. Durante la Temporada de Adviento, nos preparamos para la venida de Jesús, nuestro Salvador y Señor. Oramos a Dios para que hiciera dentro de nosotros un corazón limpio. Ofrecimos sacrificio sobre el altar de Dios y lo recibimos en la Eucaristía.
Ahora, al comenzar este nuevo año calendario, también pensamos en los cambios que se necesitan. Nuestras mentes pueden reflexionar sobre opciones más saludables para comer, hacer ejercicio o reducir nuestros gastos. En esta temporada de Navidad, les pido que se aseguren de que Dios este en medio de los cambios que quieren hacer y que se permitan darse cuenta de la plenitud de Su amor.
Una forma de pensar en nuestras resoluciones es orar acerca de cómo Dios te está llamando para traerlo entre nosotros. Me gustaría pedir que todos los católicos de la Diócesis de Orlando tomen la resolución de Recibir la Eucaristía y Ser la Eucaristía; para hacer realmente de nuestro diario vivir una experiencia santa. Como predijo Isaías, dejemos que nuestro corazón palpite y se desborde con el amor de Dios para que traigamos la riqueza de Su amor unos a otros.
Así como Dios nos entrega las riquezas del mar, nacidas en un abrevadero como el Agua de la Vida, nos invita a cada uno de nosotros a dar la vida por completo, sin medida ni interés personal, sin pensar “¿qué hay para mí?”. Con la Eucaristía, Él se da a nosotros para que podamos recibirlo y continuar nuestro camino con Él cada día. Mientras renacemos con este nuevo año, mantengamos nuestra Alianza Bautismal con Jesús para amarlo sobre todas las cosas y servirlo en nuestros hermanos y hermanas.
Jesús no vino al mundo solo. Vino anunciado por profetas y coros de ángeles. El pueblo esperó mucho tiempo Su venida. Los muros de Su morada se crean con cada uno de nosotros. Somos parte de la historia de Dios. Nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, nos anima a “escribir historias de redención en las páginas de nuestro tiempo”. Al recibir a Cristo en la Eucaristía, continuamos la historia de la salvación porque Jesucristo es ayer, hoy y siempre.
Les pido que este nuevo año no se desvíen de su enfoque en Dios. Vengan a Misa. Reciban la Eucaristía, reciban a Jesús. Al dejar el altar santo del santuario y sean la Eucaristía; saliendo por el mundo glorificando al Señor con su vida. Que todos conozcan a Jesús a través de sus maravillosas obras de caridad; por las palabras que hablas y la forma en que tratas a todas las personas. Haz crecer tus obras de caridad para que nuestro corazón unido palpite y se desborde. Que cada momento sea una oración del Padre, transfigurando las tinieblas en luz, que seamos radiantes ante lo que vemos.
SEAN. Amen.